domingo, 12 de noviembre de 2017

Spezial Rauchbier Lager

MARCA: Spezial
MODELO: Spezial Rauchbier Lager 
ESTILO: Dunkel Lager ahumada (4'7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Fundada en 1536 por Linhard Grosskopf en Bamberg, hogar de las Rauchbier, Spezial es, junto con Schlenkerla, una de las fábricas más populares centradas en este estilo. Antes de visitar esta ciudad ya contaba con la recomendación de dos miembros de La Cofradía del Lúpulo de comer en el restaurante de esta marca (gran decisión, sin duda), y después de disfrutar allí de sus fantásticas cervezas decidí comprar una botella para poderla beber con calma en el apartamento que había alquilado en Núremberg. A pesar de que son 5 las variedades que elaboran yo sólo pude encontrar su Lager, y es la que voy a reseñar hoy.

Es de color pardo rojizo, anaranjada, bastante transparente, recubierta por una espuma blanca de burbuja fina con una retención considerable. El aroma es intenso pero sin saturar, comienza con malta tostada y algo de fruta madura como ciruelas o manzana asada. Envuelve el conjunto una carga potente de caramelo que se funde con un ahumado algo dulce, cálido, que recuerda al de la salsa barbacoa. Tiene además un punto especiado que refuerza esta sugestión.

En boca es similar, y gracias a esta tendencia al dulce y su textura cremosa queda una cerveza muy redonda. La entrada es de malta tostada, grano, pan negro, algo de bizcocho, y más suaves frutas oscuras y notas de azúcar moreno. Fondo de caramelo, nuevamente se fusiona con el humo, que es sin duda la nota dominante a medida que avanza el trago. Final de amargor leve, dominado por el dulce ahumado, con un leve carácter cítrico y algún deje de hierba y especias. Una cerveza fantástica, fuertemente ahumada, no tan extrema como Schlenkerla pero me atrevería a decir que más fina y equilibrada. Obligatoria para los amantes de las cervezas de este estilo, y recomendada para quienes las elaboraciones de Schlenkerla se les hacen cuesta arriba por su pesadez.

NOTA:

domingo, 5 de noviembre de 2017

Morlaco Beer Estafeta

MARCA: Morlaco Beer
MODELO: Morlaco Beer Estafeta
ESTILO: Russian Imperial Stout con regaliz y avena(8'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Tras bastante tiempo con Naparbier como los únicos representantes de la fabricación de cerveza en Navarra, entre el 2012 y el 2014 se crearon varias fábricas de cerveza en esta Comunidad: Sesma Brewing, Txikita y Morlaco. Esta última fue fundada por 3 treintañeros, Asier, Borja y David, ingenieros de profesión y apasionados de la cerveza de vocación, quienes decidieron compatibilizar su actividad laboral con la elaboración de esta bebida. Para encontrar sus recetas se inspiraron en lo conocido durante el tiempo que habían pasado trabajando en el extranjero. Una vez conseguidas las características que buscaban sólo faltaba una imagen para la marca, así que decidieron emplear elementos que pudiesen identificar la ciudad de Pamplona: el toro, el pañuelico y la txapela. La expansión de esta marca por la Comunidad Foral ha sido fugaz, y ya nos hemos acostumbrado a ver sus botellas tanto en diferentes comercios como en eventos diversos. Además recientemente se ha sumado al equipo, como nuevo maestro cervecero Akui, de Akui Garagardo, sin duda una incorporación provechosa.

La cerveza que comento hoy se trata de una Imperial Stout con regaliz y avena que lleva el nombre de una de las calles más famosas por las que transcurre el encierro: Estafeta. La he tomado en diversas ocasiones, y siempre me había parecido una de sus mejores cervezas, pero esta ha sido la primera vez que la pruebo tras el cambio de receta. En copa pinta estupenda, exhibe un color negro como la pez, totalmente opaco, y con una gran cantidad de espuma beige marronácea, de aspecto cremoso y muy resistente, manteniendo siempre un mínimo de un dedo de grosor. Su aroma es muy interesante, y combina potencia y complejidad. Lo que más llama la atención es la gran cantidad de torrefacto, con intensas notas de café espresso y un marcado ahumado que casi se acerca al propio de las Rauchbier, sobre una base de regaliz negro, sirope de caramelo, cacao y pan integral, consiguiendo un conjunto de dulzor muy limitado. El lúpulo juega un papel secundario, como corresponde al estilo, pero se intuyen unas leves notas herbales y cítricas que casan a la perfección con el resto de matices.

El cambio de receta se hace más evidente en boca, ha desaparecido ese dulzor que había en la anterior y el grano tostado se despliega en todo su esplendor, emulando a lo detectado al olfato. Entrada de malta muy tostada, cereal oscuro y frutos secos, invadida al instante por el torrefacto, que seca la boca y la inunda de café, regaliz y humo. Cuerpo medio-alto, el paso por boca es sedoso gracias a la avena, que además modera bastante la dureza del grano. Hacia el final se suma cacao en polvo, que se introduce poco a poco, antes de derivar en un final de amargor marcado, de nuevo con café, regaliz negro, cacao, lúpulo cítrico y herbal que se agarra a los lados de la boca, y un agradable calor alcohólico que se intuye en la garganta y se nota en el estómago. Otro acierto de esta fábrica, una Imperial Stout cañera por la gran cantidad de torrefacto pero perfectamente controlada, a mitad de camino entre referencias clásicas y bombas de alcohol estadounidenses. No sólo mejora la anterior Estafeta, que ya era buena, sino que la pone entre las mejores referencias nacionales de este estilo y además a un precio muy competitivo.
NOTA:
 

jueves, 2 de noviembre de 2017

Leupser Dunkel

MARCA: Leupser
MODELO: Leupser Dunkel
ESTILO: Dunkel Lager (4'9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: La cantidad de referencias franconas totalmente desconocidas para mí que me encontré al visitar Landbierparadies de Núremberg durante mis vacaciones en Baviera hizo que me resultase imprescindible solicitar la asistencia del amable (aunque monóglota) dependiente, y esta fue una de sus recomendaciones. Se trata de la Dunkel de Gradl, una fábrica cuya historia se remonta a finales del siglo XVII, emplazada en Pegnitz, un pueblo de unos 15.000 habitantes localizado al Norte de Franconia.

Al no tener disponible en el apartamento una jarra alemana, que es donde habría preferido disfrutar de esta cerveza, la serví en copa, pudiendo apreciar un líquido de color granate, cristalino, ligeramente anaranjado al trasluz. La carbonatación es escasa y pausada, y alimenta una membrana de espuma grisácea de burbuja microscópica. El aroma es muy denso y penetrante, aunque no tan centrado en el dulce como sucede en otros estilos. Tiene un tostado muy marcado, con cereal, almendras asadas, leves recuerdos de grano de café e incluso flirteando con el ahumado, aunque también tiene bastante caramelo y de esa forma compensa la sequedad. Acaba de redondear el lúpulo, cítrico, herbal y ligeramente terroso.

En boca tampoco es nada sencilla y está repleta de sabor, con tanta carga de tostados como sugería su aroma pero mucho menos caramelo. La entrada está dominada por la malta, de dulzor muy limitado, con almendra tostada, intenso cacao y pan de centeno, quedando muy de fondo algo de toffee, lo justo para mantener la estructura. El paso por boca es ligero, y a medida que avanza se suma un toque de cítrico y hierba que refuerza la sensación de sequedad. Final de amargor marcado, con lúpulo noble alemán, cacao suave, grano tostado y leves trazas de humo y café. Me ha encantado, es delicada pero compleja, fácil de beber y a la vez tan interesante como para hacerlo con atención. Repetiría cada día.

NOTA:

domingo, 29 de octubre de 2017

Morlaco Beer Navarrería

MARCA: Morlaco Beer
MODELO: Morlaco Beer Navarrería
ESTILO: American Pale Ale (5'6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Desde la primera vez que probé las cervezas de Morlaco allá por el 2014 ha habido muchos cambios en esta marca, tanto a nivel de recetas como de imagen. Uno de los últimos fue la incorporación como maestro cervecero de Akui, un italiano afincado en Pamplona con una larga trayectoria en la elaboración de cerveza, tanto en domicilio como más recientemente de forma profesional con su marca Akui. De hecho, fue él quien me regaló algunas botellas de las nuevas hornadas para que las probase, y hoy comento la primera que he abierto: Navarrería. Esta cerveza debe su nombre a uno de los burgos que conformaban la ciudad de Pamplona en la Alta Edad Media, y a la vez hace alusión a una de las plazas más populares de esta localidad, que es además uno de los mejores lugares para socializar zurito en mano.

Servida en copa luce un bello color naranja con reflejos entre ocre y amarillo. La espuma blanca jabonosa no es demasiado abundante, aunque la retención es buena y persisten unos milímetros adheridos al cristal. En nariz es potente, y cuadra perfectamente con lo esperable del estilo. Irrumpe un aroma dirigido por el lúpulo americano, con frutas tropicales en abundancia acompañadas de algo de hierba e incluso algún matiz resinoso. Quedan de base malta dulce, caramelo y algo de bizcocho, que soportan con firmeza la carga del lúpulo.

El sabor sigue a la perfeccion el patrón marcado por el aroma, y el resultado final es fantástico. De cuerpo medio, dirigen la entrada malta, cereal y suave caramelo. Rápidamente se ve asaltada por la importante carga de lúpulo americano, aunque en esta ocasión lo que parece predominar son las notas de hierba, pino y resina, dejando a frutas como naranja y mango en un segundo plano. Final de amargor marcado y astringencia considerable, en el que destacan cítricos, pino y algo de especia picante, para dar paso a un regusto eterno que acaba de forjar el lúpulo en la boca. Una APA de libro, directa como exige el estilo pero con suficiente complejidad para mantener la atención durante toda la botella. Una mejoría más que clara respecto a la receta anterior, y sin nada que envidiar a otros referentes del estilo, tanto nacionales como extranjeros.
NOTA:

sábado, 28 de octubre de 2017

Weißenoher Altfränkisch Klosterbier

MARCA: Weißenoher
MODELO: Weißenoher Altfränkisch Klosterbier
ESTILO: Kellerbier (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: La Abadía de Weißenohe, una pequeña población bávara a mitad de camino entre Núremberg y Bamberg, fue construida alrededor del año 1050. Entonces funcionó como monasterio benedictino, y probablemente también en esa época se empezó a elaborar cerveza allí, siendo considerada en algunos textos como la cervecera más antigua de Franconia. En 1803 todos los edificios excepto la iglesia pasaron a manos privadas y, tras un intento fallido del antiguo maestro cervecero para sacar adelante el negocio, fue adquirida en 1827 por Friedrich Kraus. La cervecera ha seguido desde entonces bajo la dirección de la misma familia, habiendo pasado ya por cinco generaciones.

En las próximas semanas voy a presentar varias de las cervezas que probé durante mis vacaciones en Baviera, pero curiosamente esta botella la compré en Zaragoza hace unos meses. Es de color marrón anaranjado, ocre apagado al trasluz, con una turbidez importante. Está cubierta por una espuma blanquecina escasa, apenas medio dedo, de burbuja microscópica. El aroma es muy intenso y denso, con toneladas de caramelo, sirope, toffee, malta fuertemente tostada, y abundantes frutas oscuras como ciruelas e higos, casi rozando el dátil. Se suma una suave base de bizcocho y mantequilla, notas de azúcar moreno, algo de té árabe, un mínimo toque de canela, y un agradable perfume cítrico y ligeramente herbal del lúpulo noble alemán. 

Al olfato parecía muy contundente y pesada, casi como una Doppelbock, pero en boca resulta bastante más ligera y no tan dulce. No por ello decepciona, tiene cereal de sobras, malta tostada, pan de centeno y nueces, a lo que progresivamente se van sumando recuerdos de piel de naranja, suave albaricoque y algún deje de limón. Final terroso, con un moderado amargor herbal y un punto de cítricos y clavo, dejando una agradable y sabrosa sequedad que incita a seguir bebiendo. Una muy buena cerveza, de corte clásico pero nada aburrida y bastante original. El estilo no me queda del todo claro... en algunas páginas la califican como una Kellerbier y es cierto que tiene bastantes elementos que recuerdan a este tipo de cervezas, así que como tal la voy a etiquetar. 

NOTA:
 

lunes, 16 de octubre de 2017

Cervecería en Burgos: The Taverner Celtic Center

Aunque estoy contento de volver a Pamplona tras 6 meses trabajando en Burgos, también me da un poco de pena abandonar esta ciudad rebosante de cosas interesantes (bueno, la provincia entera en realidad), tanto a nivel cultural/histórico como gastronómico. En este último campo, y centrándome en el ámbito estrictamente cervecil, hay dos locales de la capital que voy a echar en falta: La Vache Folle, del que ya he hablado anteriormente, y The Taverner.

Por desgracia, descubrí The Taverner hace apenas un mes y por ese motivo sólo me ha dado tiempo a visitarlo un par de veces, aunque han sido suficientes para quedarme encandilado. Se encuentra en una callejuela entre la Avenida del Cid y la Avenida de los Reyes Católicos, a apenas 5 minutos a pie del centro de Burgos. El local, que curiosamente es el que albergaba La Vache Folle antes de su traslado a otro en una calle aledaña, es de un tamaño diminuto, pero esto no es impedimento para que por las noches se junten allí un buen número de personas. Pese a lo que pueda parecer, sus reducidas dimensiones no suponen una merma en la comodidad del cliente... aunque sí que es verdad que es fácil acabar participando en conversaciones con gente de otros grupos o con los dueños del bar, lo que le da un ambiente curioso y a la vez cálido y agradable, casi familiar.

El repertorio de cervezas es relativamente amplio, y a un precio muy ajustado, pero no tiene el enfoque especializado de La Vache. Cuenta con dos grifos, uno de Maes y otro de Guinness, además de un frigorífico con unas 15 referencias, tanto nacionales como extranjeras, todas ellas apetecibles. Sin embargo, el principal atractivo de The Taverner, y que lo hace diferente a cualquier otro local, es la obsesión de sus dueños con el picante. Mientras se está allí se puede aprovechar para untar los aperitivos en algunas de las salsas más picantes del mundo, por ejemplo Mustard Gas o Scovilla's Dragonfire End of Time (no es que tenga ni idea del tema, es que fueron las dos que sufrí), y poner a prueba la resistencia personal. Para los más atrevidos se preparan nachos ultrapicantes, aunque para probarlos hay que firmar un consentimiento informado... yo probé los picantes, y fue más que suficiente para mí. Si se desea también se pueden comprar a un precio muy ajustado los botes de salsas para llevar a casa. Por último, también se puede disfrutar de sidra asturiana, tacitas de Ribeiro, algún vino tinto de la zona e incluso de queimada tradicional gallega las noches de Luna Llena. 

No es el tipo de local que suelo recomendar en Hipos Urinatum, pero si con esto que he contado a alguien le resulta interesante que vaya sin miedo, que no se arrepentirá. Los dueños no pueden ser más majos, por cierto.

viernes, 13 de octubre de 2017

Redneck Brewery Kajun Moonshiner IPA

MARCA: Redneck Brewery
MODELO: Redneck Brewery Kajun Moonshiner IPA
ESTILO: India Pale Ale americana (7'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Supe de la existencia de esta cervecera cántabra en la 3º Feria de la Cerveza Artesana de Burgos, en Villagonzalo, y fue la que más me gustó de todas las marcas que exponían sus elaboraciones en ese evento. Se trata de una empresa fundada por 4 homebrewers cántabros que en el 2014 constituyeron una asociación de elaboradores caseros cántabros y entusiastas de la cerveza, con la ayuda de Kike y Andrew de DouGall's, hasta que finalmente en el 2016 decidieron saltar al ámbito profesional. El primer lote producido en su instalaciones de Reocín se embotelló en junio del 2017, y por el momento cuentan con cuatro recetas fijas en botella. Me llevé un par de ellas para casa con la intención de probarlas con más calma y menos alcohol en sangre, y así ver si esa tan buena impresión que me habían producido estaba justificada o la euforia me había hecho exagerar sus virtudes. 

Kajun servida en copa es de color marrón apagado, céreo al trasluz, con una elevada turbidez. Genera una espuma beige de burbuja fina, de la que en pocos minutos queda una membrana. La potencia del aroma es impresionante, se presenta como una bomba de fruta extremadamente fresca, con mango maduro y maracuyá en cantidades industriales, y melocotón en almíbar y naranja dulce infiltrándose en la mezcla. La base, también contundente, es de potente malta, galleta, suave miel, algo de cereal y un agradable toque floral. A pesar de la carga de lúpulo no parece en absoluto unidimensional, sino que consigue una complejidad muy interesante.

El sabor comienza similar, con gran cantidad de fruta tropical madura, malta sin tostar, almíbar y algo de toffee, evidentemente todo ello tendiendo al dulce. De cuerpo medio-alto y textura oleosa, se nota que no han escatimado con la cantidad de cereal. Al avanzar el trago el lúpulo se refuerza, salen intensas notas de pino y resina que inundan la boca y la dejan seca (y verde), y en el marcado amargor final se suman a cítricos, especia picante y el calor del alcohol. Regusto largo, con pino, cítricos y alcohol, quedando algún resquicio de fruta tropical. Una cerveza fantástica; equilibrada, completa y con personalidad... no es una IPA más. La mejor cerveza nacional que he bebido en lo que va de año, y con el mérito añadido de que cuando compré la botella no habían pasado ni 3 meses desde la apertura de la fábrica. Recomendación absoluta.

NOTA: