lunes, 30 de mayo de 2016

Beauty

MARCA: Beauty
MODELO: Beauty
ESTILO: Ale con miel de azahar y aloe vera (4'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: La idea de la cerveza Beauty nació fruto de la colaboración entre José Vicente Jordán, dedicado a la bioconstrucción, y dos socios de un despacho de abogados, Ramón Martínez y Javier Olmos, quienes decidieron crear una bebida alcohólica que incluyese la planta aloe vera, en este caso cultivada en Las Coronas. Para su elaboración contactaron con el responsable de Cerveses Lluna, aprovechando además que en esta fábrica trabaja con materia prima con certificación biológica, y es en sus instalaciones donde se produce esta cerveza. 

Hace algunas semanas se pusieron en contacto con nosotros para ofrecernos unas muestras gratuitas, y evidentemente aceptamos la propuesta encantados. En cuanto tuve una tarde tranquila aproveché para abrirla, y me encontré una cerveza de color amarillo pajizo protegida por una espuma de burbuja microscópica, algo más grande en periferia, que se reduce rápidamente pero mantiene una membrana en superficie. El aroma no empieza demasiado bien; tiene un dulzor poco definido, con algo de malta cruda, manzana golden, suave miel y un perfume curioso que supongo que corresponde al aloe vera, pero envuelto en un olor como de cereal mojado. Se detecta al final flores, leve pimienta, y un toque cítrico sospechoso.

En boca, al menos en mi opinión, tampoco funciona. La entrada es acuosa y el cuerpo es excesivamente ligero. El sabor comienza con algo de fruta y cereal, y en cuestión de un instante deriva en un final ácido, ligeramente amargo y especiado, en el que se detecta limón y pomelo, que no me resulta nada agradable, quedando en el regusto un deje de miel, hierba y picante. La idea de incorporar aloe vera a una cerveza me parece original, y hay ciertos refrescos con esta planta que están bastante buenos (más allá de lo que cada uno se quiera creer sobre sus propiedades regenerativas), pero creo que con Beauty se tienen que plantear ajustes mayores en la elaboración si se pretende que el producto funcione. De todas maneras, muchas gracias por enviarnos el producto para que pudiésemos probarlo.

NOTA:

martes, 24 de mayo de 2016

Ambar Radler

MARCA: Ambar
MODELO: Ambar Radler
ESTILO: Pale Lager con zumo de limón (2'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Hace algunos meses se pusieron en contacto con nosotros desde La Zaragozana, pidiéndonos una dirección física a la que podernos enviar ocasionalmente algunas de las novedades que fuesen lanzando. Desde entonces no volví a tener noticias de ellos hasta que, a mediados de Mayo, coincidiendo además con mi cumpleaños, me encontré en la puerta de casa con una caja con el sello de Ambar. Al abrirla vi que contenía 3 botellas perfectamente embaladas, dos Ambar Radler, modelo que ha salido a la venta este 2016, y una Ambar Especial, y la verdad es que este regalo fue otro punto positivo para un día que marchaba francamente bien.

Ambar Especial no tiene ningún misterio para mí, es con diferencia una de las Lager que más he bebido, sin embargo todavía no me había enfrentado a Ambar Radler y ni siquiera estoy seguro de si alguna vez he probado la otra cerveza con limón de esta marca, Ambar Lemon. ¿El motivo? Pues la realidad es que nunca he sido muy amigo de estas mezclas, como refresco están bien pero cuando me apetece una cerveza no suelen responder a lo que pide mi instinto.

No obstante, los de La Zaragozana afirmaban en su folleto tener un objetivo claro, "acabar con eso de que la cerveza con limón no es cerveza". Así, dejé atrás mis prejuicios, esperé a una tarde calurosa y tranquila y, acompañado de una mujer musculada, decidí abrir la botella. Y la verdad es que nos gustó a los dos, y como encima estábamos sedientos la engullimos en un periquete. No sabe a cerveza aguada con limonada, sino que respeta bastante tanto a la cerveza como al zumo de limón, es refrescante y muy sabrosa. Y si bien no han conseguido su objetivo, y no creo que jamás vaya a pedir una Ambar Radler cuando el cuerpo me pida una cerveza, la tendré muy en cuenta cuando no quiera tomar alcohol. No pongo nota porque, como digo, me resulta imposible valorarla como cerveza. Por último, gracias de nuevo a La Zaragozana por habernos enviado estas muestras.

sábado, 21 de mayo de 2016

Cervecería en Santander: La Braña de San Celedonio

A mediados de Abril tuve que pasar un par de días en la bellísima Santander (ahora un poco menos bella por culpa de Botín) por motivos de trabajo pero, como suele ser costumbre, aproveché un rato que tenía libre para buscar alguna tienda en la que conseguir una cerveza de la zona. Al final resultó que cerca de mi hotel estaba la tienda "Tercer Tiempo", de la que hablaré en los próximos días, así que decidí pasar por allí con un colega, y de paso aprovechamos para preguntar por alguna cervecería cercana en la que pudiésemos disfrutar de una charla acompañada de una cerveza en condiciones.

Nos recomendaron dos garitos, pero como el de La Braña de San Celedonio vino acompañado de la palabra mágica "cask", mi mente olvidó el otro nombre al instante y al caer la noche nos dirigimos hacia el primero.Al llegar nos encontramos un local pequeño pero espacioso y cómodo, decorado con sencillez y buen gusto, y aprovechando que estaba bastante vacío nos sentamos junto a la barra, cerca del prometido "cask".

Evidentemente pedimos una pinta de este, con más ganas todavía cuando nos enteramos de que estaba pinchada la Bitter de Young's, y la verdad es que nos supo deliciosa, casi como si estuviésemos en pleno Londres. De todas maneras no era la única opción apetecible puesto que, además de una neverita con alrededor de 15 botellas distintas, el bar cuenta también con 6 grifos activos, y de ese día recuerdo, entre otras, referencias tan interesantes como Tripel Karmeliet, Eder's Pilsener o De Molen Amarillo. En cuanto a comida, nosotros veníamos de una cena y no estabamos como para pedir nada más, pero tenían a la vista una carta sencilla pero más que efectiva para acompañar buenas cervezas.


Cualquiera que haya pasado en los últimos meses o años por Madrid o Barcelona asumirá que, aunque el local pueda parecer interesante, también le tocará pagar cantidades ridículamente elevadas de dinero para disfrutarlo. Pues nada más lejos de la realidad; otro de los puntos positivos de La Braña de San Celedonio fue que los precios son por lo general comedidos y, salvo referencias algo especiales, por alrededor de 4 euros podiamos tomar una pinta de la mayor parte de las cervezas disponibles (de hecho, 4'5 euros nos costó la de "cask"), moderación que también se mantenía en la carta de comida.

La verdad, nos gustó tanto que también hicimos una visita al día siguiente para repetir la pinta de Young's, y no me cabe la menor duda de que cuando vuelva a Santander le intentaré buscar un hueco. Además, según me comentaron los responsables, tienen la intención de contar con DouGall's de cask con tanta frecuencia como sea posible, lo cual es un gran aliciente.

Por último, en mi visita no llevaba mi cámara de fotos por lo que todas las imágenes con las que ilustro mi artículo son sacadas de su Facebook. Espero que no les importe.


CERVECERÍA: La Braña de San Celedonio
DIRECCIÓN: c\ San Celedonio, 41
POBLACIÓN: Santander
PROVINCIA: Cantabria

sábado, 14 de mayo de 2016

Caulier 28 Brett Edition 2013

MARCA: Caulier
MODELO: Caulier 28 Brett Edition 2013
ESTILO: Blonde con Brettanomyces (7'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Caulier es una marca belga fabricada en De Proef Brouwerij, al igual que To Øl, y que hace gala de tener una larga tradición a sus espaldas. Parece que los inicios se remontan a 1842, cuando se fundó en Neufvilles, en el Oeste de Bélgica, la "Brasserie Du Pont de Londres". Cuando el dueño falleció y pasó a manos de sus hijos, en 1895, el nombre se sustituyó por Brasserie Caulier... y luego en su página web cuentan un montón de historias que terminan en una quiebra a finales del siglo XX, con lo que no me acaba de quedar claro cuál es la relación de todo este lio con la marca actual. 
Elaboran en el momento actual alrededor de 12 cervezas, 5 dentro de su serie Caulier 28, y se enorgullecen de que sus cervezas no tengan azúcar y un 30% menos de calorías que otras. Ya era hora de que alguien diese respuesta a la principal preocupación de todos los amantes de esta bebida, que me reserven 10 putos palés.

Caulier 28 es una ale belga a la que se le ha añadido Brettanomyces, siguiendo las modas actuales. Es de un color marrón pardo, rojizo al trasluz, de turbidez media. Al chocar con el vidrio desata una gran cantidad de espuma beige amarillenta, cremosa y muy compacta, que no deja duda del origen de la cerveza. Su aroma es muy frutal, irrumpe un torrente de manzana golden, fresa y algo de pera y albaricoque, con una lactosidad que evoca al yogur. En el fondo se detecta toffee, pan y levadura belga, mientras que el lúpulo cítrico y el Brett ocupan una posición más inestable, apareciendo y desapareciendo a golpes.

En boca entra con una textura cremosa y sedosa, con bastante malta, masa de pan y algún deje de caramelo. Al principio la fruta sigue un patrón similar al del perfume, con manzana, frutas rojas, plátano, pero a medida que avanza el Brett refuerza los cítricos y el sabor a establo o hierba, aunque con moderación, quedando una sensación agridulce. El final es amargo y especiado, con levadura belga láctea, lúpulo cítrico y un curioso toque salado. El contraste entre el dulzor propio de los belgas y el Brett es llamativo; quizá funcionaría mejor con una cerveza algo más ligera, pero el resultado es bueno. No obstante tampoco me parece nada especialmente interesante.

NOTA:

domingo, 8 de mayo de 2016

Brew & Roll Apolo

MARCA: Brew & Roll
MODELO: Brew & Roll Apolo
ESTILO: Brown Ale (6'4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Brew & Roll es el nombre de una nueva cervecera fundada durante el pasado 2015 por Javier Zorzona, David Ortiz, Carlos López y Arturo Ciordia "Turi", con sede en la pequeña (pero grande) localidad navarra de Barañáin. En la actualidad cuentan ya con 4 referencias distintas, a pesar de haber pasado tan solo 5 meses desde el lanzamiento de su primera cerveza, una Brown Ale bautizada como Apolo. Esta es la que voy a comentar hoy, elaborada en Cerveza Artesana Homebrew de Barcelona, aunque según tengo entendido en este momento ya se está produciendo en su propia fábrica en Navarra.

Su líquido pardo rojizo, bastante turbio, es el soporte de una capa espuma amarillenta de escasos milímetros, alimentada por algunas burbujas aisladas. El aroma que emite es algo ambiguo, por un lado se nota un dulzor inicial maltoso, con bastante caramelo y fruta madura, principalmente ciruela, pan de higo y manzana asada, pero los marcados frutos secos limitan su potencia. Van saliendo poco a poco recuerdos de té inglés, azúcar moreno, leve melocotón y lúpulo floral y frutal de intensidad muy moderada, pero al final se aparece un deje no muy agradable, como vegetal, que sugiere que pueda haberse producido algún problema en la elaboración.

Esto se confirma en boca, y hace imposible disfrutar de esta cerveza. La malta no está bien definida, el sabor recuerda a agua con frutas y sirope, su dulzor es empalagoso y deja un regusto medicinal desagradable, con exceso de levadura. Cuando contrasté mi impresión con varios colegas de confianza me dijeron que este lote había tenido algún problema pero que las cervezas elaboradas en Barañáin que habían probado merecían la pena, destacando sobretodo Ipa-Nema, y me recomendaron darles una segunda oportunidad. No descarto hacerlo más adelante, la verdad es que los precios son comedidos, pero me parece un grandísimo error sacar a la venta un producto con un defecto tan evidente; es mucho más barato retirar el lote entero que perder futuros clientes, y yo, si no hubiese tenido estos comentarios positivos por parte de algún amigo, ni me habría planteado volver a probar ninguna de sus cervezas.

NOTA:

domingo, 1 de mayo de 2016

Cata "Mèter Bier" en La Vinoteca: Sour


A finales del 2015, Rubén de La Vinoteca me comentó que había pensado en mí para dirigir una de las catas del los primeros meses del siguiente año. Cuando me dijo que me tocaría centrarme en las Bock, la idea me entusiasmó; cualquiera que me conozca sabe que tengo debilidad por las cervezas alemanas, y esta era una buena oportunidad para dar un repaso. El día del evento transcurrió sin demasiado problema y yo me lo pasé tan bien como siempre dando mis impresiones delante de los miembros del Bier Club... sin embargo creo que habría disfrutado incluso más si entonces hubiese sabido que además me estaba librando de encargarme de una cata muchísimo más difícil, dedicada en exclusiva a estilos de cerveza ácidos, y que finalmente se celebró el pasado 28 de Abril.

Por suerte el responsable de dirigirla no fue otro que Alessandro Ersettigh, homebrewer de altísimo nivel (doy fé) que acaba de dar el salto al mundo profesional con su marca de cervezas "Akui", y a quien le sobran conocimientos técnicos y habilidad para salir airoso de semejante reto. Así, cuando me ofrecieron asistir no me lo pensé ni un segundo puesto que, además de pasar un rato divertido con excelentes cervezas, también era una excelente oportunidad para aprender unas cuantas cosas.

Las cervezas elegidas fueron las siguientes:

- Orval (Bélgica, 6'2% ABV)
- Prairie Ale (Estados Unidos, 8'2% ABV)
- Rodenbach Grand Cru (Bélgica, 6% ABV)
- Loverbeer Madamim (Italia, 5'7% ABV)
- To Øl Likeweisse (Dinamarca, 3'8% ABV)
- Modern Times Fruitlands Sour - Cherry Gose (4'8% ABV)
- Boon Geuze Mariage Parfait (8% ABV)

La sesión comenzó con un juego en el que se nos sirvió la primera cerveza sin que pudiesemos ver cuál era, y teníamos que adivinar el estilo al que pertenecía.... y debo admitir, para disfrute de Rubén por otro lado, que no fui capaz de reconocer una cerveza que he bebido tantas veces a lo largo de mi vida como Orval a pesar de que la posibilidad pasó por mi cabeza, quizá por el escaso tiempo que había transcurrido desde el embotellamiento.

Luego ya continuamos siguiendo un patrón similar al de otras ocasiones, con Alessandro llevando la voz cantante y Rubén haciendo oportunas aportaciones y alguna que otra broma. Fue impresionante ver a Akui desplegar todo su arsenal de conocimientos acerca de la elaboración de cerveza, fue con diferencia la charla más técnica que había escuchado hasta la fecha, y además la completó con acertadas descripciones de lo que íbamos bebiendo.

El nivel de las cervezas me pareció francamente alto y si bien es cierto que, al menos en mi opinión, Rodenbach y Boon estaban un paso por delante de todas las demás, me sorprendió muy positivamente la Oud Bruin de Loverbeer o el experimento de Modern Times. Prairie Ale no era desconocida para mí y disfruté bebiéndola, aunque si precio prohibitivo hace imposible que la tome más allá de catas de este tipo o cuando me la han regalado por algún motivo. Tras casi 2 horas y media de charla repletas de información, y que sin embargo se pasaron volando, la noche concluyó dejándome muy buen sabor de boca. (en todos los sentidos)

domingo, 24 de abril de 2016

Moosehead Boundary Ale

MARCA: Moosehead
MODELO: Moosehead Boundary Ale
ESTILO: Amber Ale (5'3% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Canadá

CARACTERÍSTICAS: "The Army and Navy Brewery", "S. Oland, Sons & Co" y "Maritime Brewind & Malting Co." son algunos de los nombres que ha tenido a lo largo de su historia, desde su creación en 1865, la cervecera de capital independiente más antigua de Canadá, aunque en el momento actual la conocemos por el último nombre que se le dio en 1947: "Moosehead Breweries". Este último cambio se hizo tras la creación de la cerveza que lanzó a fama a la fábrica, Moosehead Pale Ale, a la que posteriormente se han ido sumando más de 10 referencias adicionales, además de algunas cervezas elaboradas para otras marcas. La que voy a comentar hoy, Boundary Ale, es una elaboración peculiar puesto que, además de usar 7 maltas distintas, combina lúpulos europeos y americanos, lo que puede resultar bastante llamativo.

No es un secreto que yo no soy demasiado amigo de las latas, de hecho la última cerveza en este formato que comentamos en Hipos fue en el 2011, pero al verlas a 1'30 euros en una tienda de Zaragoza me pareció un buen momento para romper la tradición. Al servirla el aspecto es sublime, un color pardo rojizo con reflejos naranjas cubierto por una cantidad moderada de espuma blanca marfil. Pensando en una cerveza británica esperaba una carbonatación apagada, pero la verdad es que tiene una burbuja muy viva. Su perfume es dulce pero animado, con una parte de malta y toffee en su justa medida, almíbar y caramelo más de fondo pero sin resultar pesada, pan integral, y todo ello sobrepasado por toneladas de fruta madura, principalmente melocotón y mango aunque con algún toque de naranja. Lúpulo hay tanto europeo como americano, pero el afilado aroma de pino y hierba fresca del último destaca, quizá aderezado con algo de canela y un levísimo soplo de picante.

Las medias tintas y la ambigüedad nunca son buenas, y en la cerveza me temo que sucede lo mismo. El sabor es más sobrio, tiende más a lo británico, pero tampoco acaba de convencer porque no define bien, queda a mitad de camino. De cuerpo medio, da la entrada malta tostada, de dulzor moderado, junto con pan integral, frutos secos y leve caramelo. La fruta madura está mucho más apagada, y no tiene ese carácter tropical tan potente sino que predominan albaricoque y naranja. Final bastante cítrico y también algo herbal, de amargor marcado, que parece dirigido por los lúpulos británicos, quedando algo de especia y tostados en la garganta, y un agradable regusto mineral. Cuando lleva un rato en el vaso el dulce gana un poco de fuerza, aunque tampoco supone un gran cambio. La cerveza está bien hecha: es agradable, el medio litro se bebe con facilidad, y su originalidad es innegable; sin embargo, al no seguir un patrón ni europeo ni americano me da la impresión de que no es capaz de redondear el producto. Pero vamos, repetiría con gusto.

NOTA: