domingo, 18 de octubre de 2015

Bretaña

Una de las regiones del mundo que más ganas tenía de visitar, sobretodo desde que una amiga me contó hace años lo experimentado durante los meses que estuvo viviendo allí gracias a una beca Erasmus, era la Bretaña francesa. Por si fuera poco, la detallada descripción que hizo Pau a la vuelta de su viaje por aquella zona (1, 2, 3, 4, 5 y 6) alimentó todavía más mis ansias, y ya al principio del verano tomamos la decisión de que nuestras vacaciones de Septiembre iban a transcurrir allí.

Nuestro plan era sencillo: alquilamos un pequeño apartamento en el centro de Lorient, tomamos prestado un coche, cargamos nuestras bicicletas, y nos preparamos para disfrutar durante una semana de las ciudades, los paisajes y la gastronomía bretona, incluyendo también su sidra, hidromiel y, por supuesto, sus cervezas. De todas formas no tenía la intención de que esta última bebida fuese la protagonista de las vacaciones, por lo que tampoco preparé una ruta por las diferentes fábricas que hay en esta región (que no son pocas) ni por tiendas especializadas que no pillasen de camino, sino que simplemente me iba a ir adaptando a lo que encontrase.

A pesar de esta cómoda estrategia la verdad es que no puedo decir que la buena cerveza escaseara, más bien al contrario, porque si hay algo que es llamativo de esta región es cómo la bebida local se ha extendido hasta formar parte del día a día. No es infrecuente ver marcas bretonas en los tiradores de los bares, principalmente Brasserie de Bretagne y Lancelot, aunque se puede encontrar de cuando en cuando alguna otra; también en los pequeños comercios se pueden ver botellas de fábricas artesanales, e incluso en prácticamente todas las grandes superficies hay botellas sueltas o packs con varias referencias distintas de la cervecera en cuestión, además a precios que harían sonrojarse a más de un elaborador nacional.

Por la zona de Lorient son habituales de las estanterías de los supermercados las botellas de las infalibles Lancelot y Brasserie de Bretagne, a alrededor de 1'5 euros la botella de 33 cl o 3-4 euros la de 75 cl, también he visto en algunos lugares las Mor Braz con agua salada a un precio similar, y algo más caras las Coreff. En pequeñas tiendas de alimentación se podía encontrar alguna referencia de La BorDée, Tri Martolod, An Alarc'h o St. Georges, normalmente rondando los 3 euros. Por último, también pasé por varias tiendas especializadas en bebidas como Vini Gusto, con un reducido espacio en el que se encontraban apenas 10-15 cervezas distintas, entre ellas alguna bretona fácil de ver en los supermercados y rarezas de países exóticos posiblemente de calidad cuestionable, y una tienda/cervecería llamada Vin & Bière, con varios locales repartidos por el país, y que si bien parecen estar centrados en Ale belga también tienen hueco para marcas de cualquier punto de Francia, además a precio razonable. (aunque bastante más caras que en supermercado)

Ya para concluir, entre las cervezas que pude tomar durante los días que estuve por ahí rondando guardo un recuerdo especialmente bueno de las Lancelot de barril, sobretodo de su Tripel Duchesse Anne; disfruté mucho con el reencuentro con las Britt, especialmente de su rica Witbier; sin que me pareciesen cervezas para el día a día aluciné con el sabor salado de Mor Braz; repetí alguna elaboración con base de chouchenn, aunque ninguna le llegó a la suela del zapato a las de Diaouligs que me regaló Pau hace algunos años; y por último también pude hacerme con alguna cerveza de estilos modernos, casi más por curiosidad que otra cosa.

Y con esto termino mi breve experiencia cervecil por Bretaña. Lo único que puedo decir es que, independientemente de si gusta o no la cerveza, es una región volcada por completo con el turismo, y si al buen trato que se le dispensa al visitante se le suma poder visitar hermosas ciudades como Rennes o St. Malo, espectaculares costas como las de Morbihan o Finistère (sin contar con el Mont Sant Michel), y tranquilos bosques con vías ciclistas interminables, el éxito en las vacaciones está casi asegurado.

sábado, 17 de octubre de 2015

Hitachino Nest Red Rice Ale

MARCA: Hitachino Nest
MODELO: Hitachino Nest Red Rice Ale
ESTILO: Blonde elaborada con arroz rojo (Sekihan) (7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Japón

CARACTERÍSTICAS: En la ciudad japonesa de Naka, en la región de Kanto, se encuentra la empresa Kiuchi Shuzou, fundada en el año 1823 por Kiuchi Gihei. La principal actividad de la empresa siempre ha sido la elaboración del sake Kikusakari, sin embargo desde 1996 también producen las cervezas Hitachino, fácilmente reconocibles por el buho de su etiqueta. Tienen en su catálogo un importante número de cervezas distintas, muchas de ellas con ingredientes poco habituales como pueden ser cereales foráneos, especias, levadura de sake, etc. Es el caso de la cerveza que comento hoy, una ale de estilo belga elaborada con Sekihan, un arroz rojo japonés que se suele servir en eventos especiales.

Es de un color rosa anaranjado, más amarillenta en su base, con una leve turbidez. Algunas burbujas ascienden con tranquilidad hasta un anillo de espuma de burbuja fina, bastante escasa. Resulta un poco difícil describir su aroma por la singularidad del mismo; tiene un dulzor como de chicle o caramelo, dominado por cereza picota, arándono rojo e intensos recuerdos de yogur de fresa sobre una base de malta dulce, pan de bollo y suave mantenquilla. Adornan el conjunto notas de arroz salvaje, sesamo, un mínimo ahumado y toques levadurosos.

Sigue con las sorpresas en boca, comienza con una ligera efervescencia en lengua y a continuación desembarcan los sabores. Da la entrada algo de malta dulce, arroz salvaje y sésamo, tras lo cual aparecen los frutos rojos, con mucha intensidad, que se empapan en la malta y la trasladan a un segundo plano. Se distribuyen por la boca fresa madura marcada, más suave arándanos, cerezas, y algún punto de plátano y cítricos. Final de amargor medio con frutos secos, arroz tostado y una medida sequedad cítrica y herbal, ligeramente especiada, quedando un delicado regusto medicinal por el alcohol. Es una de esas cervezas rarísimas pero que invitan a repetir; está bien equilibrada y no satura en absoluto. La verdad es que me ha gustado mucho.

NOTA:

domingo, 11 de octubre de 2015

Mor Braz Blanche

MARCA: Mor Braz
MODELO: Mor Braz Blanche
ESTILO: Witbier con agua marina (4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia

CARACTERÍSTICAS: Reconozco que la Ambrée de Mor Braz se me hizo un poco cuesta arriba, la combinación de tanta malta y tanta sal al final me acabaron saturando, y pensé que quizá con sus referencias más ligeras quedaría más satisfecho. Así fue con su Blonde Bio, una cerveza rubia refrescante con un toque salado bastante más moderado y que disfruté como un enano, con su Blonde, y tenía la esperanza de que me sucediese lo mismo con su Blanche, así que decidí reservarla para comentarla en este blog. Por desgracia al final no ha sido así y tampoco me ha terminado de convencer, lo cual no quita que recomiende a todo no-hipertenso atacar estas cervezas tan curiosas.

Mor Braz Blanche es algo más oscura de lo habitual en su estilo, aunque adquiere el tono pajizo habitual al mirarla al trasluz. Tiene una carbonatación constante y generosa, que alimenta una abundante espuma blanca, muy cremosa. Su perfume es fresco, natural y muy agradable. Tiene un leve dulzor aportado por la malta y suave caramelo, los cítricos esperables de las Wit, con limón maduro, naranja y quizá algo de miel y albaricoque, y un punto lácteo. Lo que rompe la corriente habitual de este estilo es la sal, sin embargo lejos de molestar incluye al resto de aromas de forma bastante efectiva. 

En boca es igual de rara, pero al menos mi impresión es que integra peor la sal, queda muy estridente. La entrada es de la malta, que forma un leve dulzor con recuerdos de pan, crema y manzana madura. Progresivamente van apareciendo los cítricos y a la vez las intensas notas saladas. Este conjunto, con un respaldo de cereal en el fondo, conduce a un final de amargor moderado, dominado por la sal, un punto cítrico y un deje de especia picante. Sí que creo que es como para probarla pero personalmente no repetiría, el sabor salado no es lo que busco cuando tomo una cerveza y en esta es demasiado intenso como para centrarse en otros aspectos.

NOTA:

domingo, 27 de septiembre de 2015

Mor Braz Ambrée

MARCA: Mor Braz
MODELO: Mor Braz Ambrée
ESTILO: Ambrée con agua marina (6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia

CARACTERÍSTICAS: Además de una bahía de la región de Morbihan, Mor Braz, cuya traducción literal del bretón sería "Gran Mar", es también el nombre de una cervecera situada en Theix, muy cerca de la ciudad francesa de Vannes. Esta fábrica tiene la peculiaridad de que para la producción de sus cervezas utilizan agua marina recogida a 15 metros de profundidad, a la que someten a un filtrado en el barco antes de comenzar con la elaboración, siendo en la actualidad una de las pocas que llevan a cabo un proceso semejante. 

Me enteré de su existencia poco antes de que comenzasen mis vacaciones de Septiembre en Bretaña y decidí hacer el esfuerzo de buscar alguna botella durante el viaje, con la suerte de que en el primer supermercado en el que paré a hacer la compra encontré un pack que incluía 6 botellas. Esta fue la primera que abrí, una cerveza de estilo belga de un color marrón mate levemente anaranjado, tan turbia como una Weizen. Deja una isla de espuma gris en el centro de la copa, de donde emana un aroma dulce y acaramelado, con una base de malta de tueste ligero, cereal oscuro y algo de chocolate con leche sobrepasada por gran cantidad de fruta madura, principalmente ciruelas, manzana asada, suaves higos y naranja dulce. Se percibe además un deje salado y mineral bastante peculiar, y un toque de lúpulo floral.

Muy viva la entrada en boca, con una efervescencia llamativa que aumenta progresivamente. Sabor dulce y frutal, similar al aroma, se combinan malta, caramelo y más suave chocolate con leche con fruta madura, ciruela sobretodo, algo de manzana y mínima naranja. Se trataría una Brune muy normal, si no fuese por el intenso sabor a mar que poco a poco pasa a dominar el conjunto, limitando mucho el amargor final del trago, en el que queda únicamente algo de fruta, leves recuerdos florales y especiados junto con las marcadas notas saladas y minerales que arrastran a la malta. Al principio me resultó muy interesante por ser tan distinta de cualquier otra cerveza que hubiese probado antes, pero para ser sincero con apenas media copa me encontraba bastante saturado y sin demasiadas ganas de seguir. No creo que haya ningún error con esta elaboración, al menos yo no detecté ningún defecto en el sabor, pero sí que es verdad que el agua tan salada puede resultar algo estridente y hacer que la cerveza no sea fácil de beber. No obstante creo que merece la pena probarla.

NOTA:

jueves, 24 de septiembre de 2015

To Øl Final Frontier

MARCA: To Øl
MODELO: To Øl Final Frontier
ESTILO: Double IPA (9% ABV) 
PAÍS DE ORIGEN: Dinamarca

CARACTERÍSTICAS: Una de las referencias de To Øl que casi podríamos considerar ya como un clásico moderno es First Frontier, una excelente IPA de inspiración norteamericana con un marcado perfil frutal. Esta es posiblemente la cerveza de este estilo que más veces he bebido y desde hace un tiempo tenía ganas de comentarla en el blog, sin embargo la reciente convocatoria del III Concurso de Maestría Cervecera de La Vinoteca me ha animado a dedicar un hueco a la protagonista de este evento: Final Frontier. Como los propios responsables de la marca explican, Final Frontier no es otra cosa que una secuela de First Frontier; mantienen los mismos ingredientes (bueno, cambian el lúpulo Warrior por Columbus) pero aumentan las cantidades de los mismos, consiguiendo mayor cuerpo, mayor grado alcohólico y más amargor.

Luce un bonito color rojizo velado, anaranjado si se expone a la luz, con una densa y cremosa capa de espuma de un beige limpio que llena la copa hasta el borde. A distancia se detecta un perfume en el que predomina, además con diferencia, el intenso aroma del lúpulo, que llega incluso a resultar oleoso. Las frutas tropicales inundan las fosas nasales, con toneladas de mango, maracuyá, melocotón maduro y recuerdos de refresco de naranja. Por debajo de tanto lúpulo queda un buen remanente de malta, notas de masa de pan, almíbar y profundos toques de miel, mientras flores, canela y clavo terminan de redondear el conjunto. Sorprende cómo se ha conseguido mantener la importancia de la malta a pesar de las grandes cantidades de lúpulo empleadas, es digno de elogio.

Al primer sorbo llama atención su textura cremosa, y apenas toca la lengua irrumpe el sabor, con mucha malta dulce, toffee y algo más suave almíbar. Progresivamente este último crece, salpicado de miel, y se mezcla con una avalancha de frutas tropicales muy maduras: mango, naranja, etc. Al final el lúpulo estalla y se vuelve verde, y junto con con la gran cantidad de fruta se sitúan potentes notas de pino, cítricos y resina. Concluye en un amargor intenso, frutal, herbal y con un agradable calor alcohólico, dejando a su paso la garganta áspera, llena de recuerdos de clavo, naranja y más suave pimienta. Dentro de las Double IPA esta es una de las más completas para mi gusto, no dejan ningún aspecto descuidado y consiguen una cerveza redonda. Cuerpo, fragancia y sabor a raudales, sin embargo con suficiente equilibrio como para no saturar; es de las pocas cervezas de este estilo que sería capaz de tomarme varias seguidas. Suerte a los que se atrevan a intentar clonar esta maravilla en el concurso, la vais a necesitar.

NOTA:

sábado, 19 de septiembre de 2015

Mélmor Bière au Chouchen

MARCA: Mélmor
MODELO: Mélmor Bière au Chouchen
ESTILO: Blonde de chouchen (7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia

CARACTERÍSTICAS: Esta fue la primera cerveza que bebí durante mi viaje a Bretaña, una rubia a la hidromiel elaborada por Warenghem, una destilería emplazada en Lannion, en el Norte de la región. Esta empresa comenzó sus andanzas a finales del siglo XIX produciendo Elixir d'Armorique, un licor obtenido a partir de la destilación de múltiples hierbas que ha sido galardonado en repetidas ocasiones. Posteriormente en 1967 la familia Warenghem se asoció con Yves Leizour, de origen bretón, y fue uno de sus descendientes, Gilles Leizour, quien tras tomar el mando de la destilería diversificó su negocio introduciendo nuevos productos, entre ellos chouchen, los primeros whisky bretones y cervezas.

Mélmor es una cerveza de un color dorado cristalino (si dijese "color miel" me vería obligado a suicidarme de forma inmediata), con una carbonatación bastante limitada que condiciona una espuma escasa, alimentada por 4 o 5 burbujas despistadas. Esperaba un aroma mucho más llamativo, pero la verdad es que su intensidad es bastante moderada, al igual que su dulzor. Se combinan en él malta sin tostar, bizcocho o galleta, suave mantequilla y recuerdos de manzana asada junto con evidentes notas de miel, como no podía ser de otra manera, bien integradas en el conjunto, y un delicado manto de lúpulo floral.

La entrada en boca es un poco despistada al principio por un exceso de efervescencia pero en pocos minutos se calma. El dominio en el sabor es sin duda de la miel y dulce malta, sin empalagar en ningún momento, y de nuevo aparecen recuerdos de bizcocho, algo más discretas galletas y frutas maduras, entre las cuales además de la manzana golden me parece distinguir membrillo. El final es cálido, de mínimo amargor, y con un punto de alcohol claro pero bien controlado. La hidromiel se hace más patente, e incluso a medida que se calienta la cerveza esto se acentúa todavía más, aunque a mí no me llegó a molestar en ningún momento. Esperaba las agradables notas ahumadas de la cerveza de chouchenn de Diaouligs que me regaló Pau y no las he encontrado, pero aún así me he quedado satisfecho con una cerveza original, quizá algo sencilla, pero bien hecha.

NOTA:

sábado, 12 de septiembre de 2015

To Øl Sur Amarillo

MARCA: To Øl
MODELO: To Øl Sur Amarillo
ESTILO: American Wild Ale (7'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Dinamarca

CARACTERÍSTICAS: Las Wild Ale americanas, también conocidas como Sour Ale, son cervezas de alta fermentación con un sabor marcadamente ácido, conseguido gracias al empleo de levaduras o bacterias como pueden ser Lactobacillus o Brettanomyces durante algún punto del proceso de elaboración. No es raro ver como se tiende a confundir o a agrupar incorrectamente estas cervezas junto con estilos clásicos en los que el sabor ácido también es frecuente, como pueden ser las Lambic y sus subtipos, las Berliner Weisse, las Gose o las Flanders Red Ale y Oud Bruin, pero hay que tener claro que tanto por su historia como por su método de elaboración y tipo de fermentación no existe ningún tipo de relación.

En los últimos meses/años este tipo de cervezas han conseguido una importante popularidad, gracias principalmente al tirón de las cerveceras norteamericanas, y gozan ahora mismo de un fiel séquito de seguidores, aunque es verdad que tampoco son pocos los detractores. Para la primera incursión del blog en este estilo he decidido optar por una de las fábricas modernas que habitualmente más satisfacciones me aportan, y que no son otros que los daneses de To Øl, y he elegido una de sus cervezas de la linea Sur ("ácido" en danés) en la que emplean el lúpulo Amarillo.

Es naranja amarillenta, algo velada al trasluz, con varias columnas de burbujas diminutas que ascienden con velocidad. Genera una tonelada de espuma esponjosa que se reduce casi dos tercios de su volumen en los primeros minutos, no obstante quedando una cantidad más que suficiente. En nariz se combina la alta intensidad aromática del lúpulo, dominado por hierba y fruta, esta última orientada con claridad hacia notas tropicales como mango o melocotón, con las especias picantes y la afilada acidez de las levaduras, que evocan al limón, suave pomelo y algún deje de madera, y notas cítricas algo más templadas del trigo crudo. De fondo queda un dulzor acaramelado que consigue modular un poco el conjunto.

El sabor comienza con una acidez moderada, relativamente frutal y con un punto lácteo, mientras de fondo quedan malta, cereal cocido y suave caramelo. A medida que avanza el trago la levadura gana presencia, emergen notas herbales, de granja y ligeramente terrosas, y se potencian cáscara de limón, pomelo, y más suaves uva blanca y manzana verde. Final amargo y astringente, lleno de levadura, lúpulo herbal y cítricos, con un medido toque de alcohol y especia picante. Es una buena cerveza, es refrescante y consigue un equilibrio muy bien ajustado entre el lúpulo y la acidez, sin estar este último sabor descontrolado en absoluto. De todas maneras no acaba de ser un tipo de cervezas que me apasione, no le encuentro la complejidad que caracteriza a algunos de los estilos tradicionales con sabores ácidos.

NOTA: