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lunes, 21 de marzo de 2022

Scheyern Poculator

MARCA: Scheyern
MODELO: Scheyern Poculator
ESTILO: Doppelbock (7'6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: A pesar de que han pasado más de 10 años, todavía me acuerdo lo impresionado que me quedé la primera vez que probé la Helles de Scheyern, y desde entonces cojo todo lo que veo de esta marca. Estos últimos meses hay algunas de sus cervezas circulando por la Península, y yo no he perdido de probar esta Doppelbock de nombre desafortunado. Esta, al igual que otras de la marca Scheyern, se elabora fuera del monasterio en colaboración con la cervecera Tucher, de Nuremberg, al amparo de la sociedad Klosterbrauerei Vertriebs, con el director general de Tucher, Heinz Christ, y el bodeguero de Scheyern, el padre Lukas Christoph Wirth, que se encarga del control de calidad. La verdad es que es un gusto que esta información se proporcione de forma tan clara, en estos aspectos los alemanes tienden a ser poco amigos de la ambigüedad y el engaño.

Muy oscura, casi negra, aunque si se mira al trasluz se vuelve claramente rubí. Espuma no demasiado abundante, de color beige, con burbujas de distintos tamaños. El aroma es todo malta dulce y caramelo, acompañadas por también intensas notas de ciruelas, uvas pasas, chocolate y bizcocho. Otros matices habituales como los tostados o notas minerales del lúpulo noble quedan ocultos por este conjunto frutal y acaramelado, lo que sugiere que se va a posicionar entre los ejemplos más contundentes del estilo.

Sin embargo en boca cambia el enfoque, y esa golosidad exuberante detectada en nariz se corrige y queda una cerveza de trago muy limpio y equilibrado, aunque quizá no tan redondo como otras Doppelbock. Tiene de todo, entra con malta de tostado firme, pan negro y abundantes frutos secos, sobretodo nueces, que parecen caramelizadas gracias a un delicado fondo dulce de toffee, bizcocho de chocolate y té inglés. También hay frutas oscuras, no tan prominentes como en el aroma. El dulzor crece progresivamente, y al final se junta con marcados tostados e incluso notas de café sólo que sugieren que pueda haber algo de torrefacto, creando un amargor mineral, terroso, ligeramente cítrico y herbal, con un ligerísimo calor alcohólico. Muy buena Doppelbock, quizá no sea mi favorita pero el nivel es innegable, y por su equilibrio parece un buen ejemplo para iniciarse en el estilo.

NOTA:


viernes, 14 de junio de 2019

Scheyern Kloster-Weisse Hell

MARCA: Scheyern
MODELO: Scheyern Kloster-Weisse Hell
ESTILO: Hefe-Weißbier (5'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Desde que me bebí por primera vez la Helles de Scheyern soy incondicional de esta fábrica, y es que esta se encuentra entre mis favoritas del estilo (y eso que he estado en varias ocasiones en Baviera, es decir, que he probado unas cuantas). Por eso, cada vez que paso por alguna tienda de cervezas alemana arraso con todas las botellas que veo de esta marca. Hace pocos meses comenté la Dunkelweizen que saqué de un Orterer de Múnich, y en ese mismo asalto también me hice con algunas botellas de esta Weissbier.

Como ordena el estilo, es una cerveza muy turbia, de un atractivo color dorado, pajizo en la base al chocar la luz. Quizá genera algo menos de espuma de lo habitual en estos casos, no obstante hay de sobras. En nariz resulta muy aromática, con intensa malta dulce, mantequilla, mucho plátano maduro, algo más suave manzana golden. El lúpulo noble la hace especialmente fresca, aporta un delicado perfume herbal, con recuerdos minerales, que acaba de completar la especia picante, con clavo y un toque de canela. Sigue a rajatabla el patrón de una Weizen alemana, no hay sorpresas pero tampoco se echan en falta.

El sabor es también muy potente, con una entrada cargada de malta, notas de mantequilla, trigo malteado y suave cereal crudo. En seguida irrumpe el intenso gusto a plátano aportado por la levadura, recuerdos lácteos, y leve manzana madura. Final de amargor medio, con el plátano y la levadura de fondo, un punto cítrico, suave especia picante, y hierba y dejes terrosos del lúpulo noble, que envuelven al regusto. La carbonatación es generosa pero sin llegar a ser excesiva, y contribuye al frescor del trago. Es verdad que casi todas las Weissbier bávaras están muy buenas, pero hay algunas que destacan... y esta se encuentra entre ellas.

NOTA:

miércoles, 20 de febrero de 2019

Scheyern Kloster-Weisse Dunkel

MARCA: Scheyern
MODELO: Scheyern Kloster-Weisse Dunkel
ESTILO: Dunkelweizen (5'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: El único problema (si se puede llamar así) que tienen las Helles bávaras es que el nivel es tan alto que al final sólo las elaboraciones excepcionales consiguen llamar tu atención. Eso fue lo que me pasó con la de Scheyern, un pueblo al Norte de Munich de apenas 5000 habitantes, y por este motivo no me lo pensé un segundo a la hora de llevarme su Dunkelweizen de un Orterer de la capital bávara, pese a que no soy demasiado entusiasta del estilo.

Como era de esperar es una cerveza marrón oscuro, cobriza en base y muy turbia, con la abundante espuma de rigor, muy cremosa y de color beige. El aroma es bastante fresco, algo que me pilló un poco de imprevisto porque estoy más centrado en las Weizenbock y mi subconsciente me jugó una mala pasada. Aparecen primero dulce malta tostada, galleta, suave caramelo, algo de nueces y bastante fruta, principalmente manzana golden y un marcado olor a plátano de la levadura. Con este último se funde un punto de chocolate con leche, y notas de flores y especia picante completan el agradable perfume.

En su paso por boca es bastante compleja. El cuerpo es medio/ligero, el color vuelve a engañar, aunque no resulta aguada. Al principio dominan malta oscura, galleta, pan integral y algo de cereal tostado. En seguida se aligera un poco y deja entrar a la fruta, sobretodo manzana madura, mientras que el plátano va colándose poco a poco hasta convertirse en un de los sabores más prominentes, sobre un fondo de chocolate con leche. Cierra amable, con un amargor leve donde se detectan con facilidad lúpulo floral, especias entre las que destacan clavo y pimienta, levadura, delicados cítricos y un deje mineral. Es una cerveza de trago largo, fácilmente disfrutable por cualquiera, pero en absoluto simplona. Ojalá viésemos en la Península con más frecuencia Dunkelweizen tan interesantes como esta.

NOTA:

martes, 8 de noviembre de 2011

Scheyern Kloster-Gold Hell

MARCA: Scheyern
MODELO: Scheyern Kloster-Gold Hell
ESTILO: Münchner Hell (5'4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: La semana pasada alcanzamos nuestra centésima cerveza de uno de los países con una tradición más sólida en este ámbito, Alemania, y además la encargada de protagonizar ese honorable momento fue una cerveza que, sin duda alguna, estuvo a la altura. Por no arruinar tan buena racha decidí atacar este Domingo una cerveza con una pinta estupenda que tenía guardada en el trastero, una Lager estilo Münich cuya fábrica está emplazada en un monasterio benedictino del siglo XII localizado, como no podía ser de otra manera, en el corazón de Baviera.

Pese a que no es un estilo tan impresionante como pueden resultar otros, siento cierta debilidad por él y cuando la marca es buena, como por ejemplo en el caso de Augustinerbräu o Hofbräu, disfruto estas cervezas como pocas. Eso es exactamente lo que me ha pasado con Scheyern Kloster-Gold, bastó abrir la botella para encontrarme de bruces con ese aroma delicado pero terriblemente invasivo que caracteriza a las mejores Münchner Hell, rebosante de notas de malta, masa de pan, manzanas ligeramente ácidas, levadura, y con densas notas florales envolviendo el conjunto; todo un homenaje a sus orígenes que instantáneamente pone a trabajar a las glándulas salivales.

Si dijese que me bebí esta cerveza no estaría mintiendo, pero tampoco diciendo toda la verdad: en realidad me regodeé con ella, lo único que me habría faltado es bañarme en la jarra para aprovecharla al máximo, prueba de ello es que me duro más de tres cuartos de hora y aún se me hizo corta. Es muy cremosa a su paso por boca, densa, dominada por malta y miel a los que acompañan recuerdos de galletas y cereales. Se entrelazan a la vez frutas maduras con un delicado trasfondo cítrico, mientras este último se va acentuando a medida que se acerca al final del trago para combinarse allí con un suave amargor floral y un punto levaduroso, dejando un exquisito regusto de miel y flores. Una verdadera delicia, motivo más que suficiente para intentar hacerme con las demás de la marca. (esta, por ejemplo, es especialmente apetitosa)


NOTA: