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lunes, 4 de agosto de 2014

8 Wired Hopwired New Zealand I.P.A.

MARCA: 8 Wired
MODELO: 8 Wired Hopwired New Zealand I.P.A.
ESTILO: India Pale Ale americana (7'3% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Nueva Zelanda

CARACTERÍSTICAS: 8 Wired es posiblemente la cervecera de "La Tierra de la Larga Nube Blanca", habitualmente conocida como Nueva Zelanda, más popular a nivel internacional. Lo curioso es su fundador, Søren Eriksen, es en realidad un danés que se trasladó con su mujer a esta isla en el año 2007, cuando su experiencia con el homebrewing era todavía breve y poco satisfactoria. Con la intención de dedicarse a la elaboración de cerveza de forma profesional, comenzó a trabajar en Rennaisance Brewing en Blenheim, y un año después los dueños le permitieron elaborar su propia cerveza en sus instalaciones; así vio la luz la primera de las cervezas de 8 Wired en Octubre del 2009. Mucho han cambiado las cosas desde entonces, entre ellas la demanda de sus cervezas, lo que les obligó a trasladar parte de su producción a otra fábrica neozelandesa llamada Auckland's Steam Brewing Company, y la gran cantidad de premios que han ido cosechando a lo largo de los años.

La que comento hoy es una de sus elaboraciones más conocidas, una IPA de estilo americano y, según sus propias palabras, la primera en ser elaborada únicamente con lúpulo neozelandés, concretamente Nelson Sauvin, Southern Cross y Motueka. Es una cerveza de color dorado con intensos destellos naranjas, casi transparente, hasta el punto que se podría plantear si está filtrada. Quizá en espuma va algo más justa, partiendo de un dedo y medio nada más servirla, que se reduce a una membrana en escasos minutos, no obstante el aspecto es bastante bueno. Al acercarla a la nariz, el primer pensamiento que pasó por mi cabeza fue acerca de las fantásticas cualidades de los lúpulos de Nueva Zelanda, que crean un potentísimo torrente de frutas entre las que destacan toneladas de mango, naranja dulce, curaçao, uva blanca y más suave maracuyá y melocotón, una mezcla profunda e intensa que es a su vez respaldada por dulce malta, almíbar y denso caramelo. Se pueden encontrar además notas de miel dispersas, y un volátil recuerdo herbal y de pino que, sin ser lo más prominente, su presencia es clara. 

En boca, el sabor da el primer paso con una medida acidez efervescente, que al final del trago queda en la lengua junto con un leve toque picante. Le sigue la malta y el caramelo, acompañadas por un séquito de frutas entre las que destacan de nuevo mango, melocotón y naranja, además de una importante carga de bayas silvestres y uva blanca que trasladan el sabor a registros algo menos dulces. Ya a mitad del trago se empieza a detectar un gusto especiado a alcohol, antes de concluir con un amargor intenso en el que se juntan marcadas notas de pino, cítricos y más suave hierba, en todo momento respaldadas por malta y almíbar. Queda un regusto mucho más áspero, enólico y resinoso de lo esperable por el aroma, propio de las IPA más agresivas, pero con el carácter frutal de la cerveza de Nueva Zelanda. No sé si se debe a la composición de sus tierras, puesto que en el vino de esta región también aparece esta característica, pero lo que está claro es que las cervezas de allí tienen determinados elementos que las hacen fácilmente reconocibles. Y ésta, además de reconocible, es fantástica, tan fresca como sabrosa y muy muy bien equilibrada.


NOTA: